Don Luis decía:
“Mi carrera en el medio ha sido como la Fernando Valenzuela, de las ligas menores salté a las mayores, y de allí, me regresaron a las menores y al poco tiempo, otra vez a las mayores… puede fallarme el brazo, pero no el ánimo ni el entusiasmo... Estas palabras no tienen mayor respaldo que mi experiencia, lo que he visto y leído y no el de la camiseta que he llevado entre liga y liga…”
“La televisión, mis amigos de cautiverio, es una mezcla de hospital, iglesia y cuartel… requiere de la habilidad de un cirujano, la fe del creyente y la disciplina del soldado. El que no se sienta capaz de ser un buen médico, un gran capitán o un abnegado sacerdote, todo al mismo tiempo, se expone a que un día tenga que abandonar las cabinas o los foros habiendo perdido los mejores años de su vida, o permanezca envuelto en la mediocridad y sus 25 años se conviertan en 35, 45 ó 50… así es la vida que hemos elegido…”
Don Luis era un hombre sencillo con una gran simpatía y un sentido del humor agudo e inteligente… se caracterizaba por una desbordante creatividad, profundos conocimientos y excepcional buen gusto. La mayoría de sus colaboradores le temían por su fuerte carácter, no obstante, le admiraban y respetaban profundamente, porque sabían que de él, se podía aprender…
“Si mis palabras son útiles me daré por satisfecho, si no están de acuerdo, tanto mejor… somos compañeros en la televisión y la televisión carece de vértebras cervicales, en estos foros nunca hay que decir “de acuerdo”, si no se está plenamente convencido que eso es lo correcto…”
Por más de 7 décadas, la evolución de los medios de comunicación, la industria del espectáculo en México y la trayectoria de Don Luis fueron historias paralelas, sin él, sin su presencia, nuestra televisión quizás no habría llegado tan lejos…
“En 1950, cualquier joven que transitara por la banqueta de Televicentro, en Chapultepec, tenía posibilidades de aprender el manejo de una cámara, del boom, jalar cables, dibujar los famosos forillos o treparse a la torre misma de la antena… porque allí todos hacíamos de todo, y la competencia estaba a vista de pájaro…”
“Como dice la Biblia… el primer día fue la luz y la luz fue hecha... Después llegaron las R.C.A., General Electric, y muchas más… hasta que un día, ¡oh maravilla!, llegaron las cámaras Gemini, el Kinescopio y el videotape…”
“Poco después, a fuerza de inversiones, trabajo, y el Espíritu Santo, pasó el diluvio… las aguas volvieron a su cauce y la calidad comenzó a imponerse, el Canal 2 era el Canal 2, las cámaras,-robots gigantescos- se movían a fuerza de sudor y los directores exigían más, se editaba a navaja, cuando no había mas remedio que editar; en controles remotos cuando no se nos iba el audio, se nos iba el video, pero todo salía... era la camiseta, una camiseta de poco costo, barata pero sudorosa… y de repente despacio, sin perder nunca aquella sonrisa que a todos nos igualaba, escuchábamos una voz, la voz que decía “no se me rajen muchachos” y así comenzaron aquellos años inolvidables…”
Desde entonces, y por varias décadas, el responsable de mantener encendida esa mágica llama que reúne a una familia, a un pueblo, a un país en torno a un aparato de T.V., fue Don Luis de Llano Palmer. El Capitán de la Televisión:
“La televisión aviva la fantasía… proporciona experiencias que están libres de los controles de la vida real, de suerte que en un niño, un joven o un adulto, en su intento de hallar soluciones para un problema, pueda ensayar tácticas sin arriesgarse a incurrir en todo aquello que podría sobrevenirle al hacer intentos reales”.
“Tengamos en cuenta que la comprensión entre humanos se basa en la educación recibida en la infancia, en la juventud y en la madurez y en ese punto la televisión tiene, cada día, una responsabilidad más relevante…”
“La televisión sirve de distracción, ayuda a escaparse, sumergiéndose en la fantasía cumple los deseos… La televisión hechiza la imaginación; pero ¿ve todo el público lo mismo? aunque todos los telespectadores miran lo mismo, no perciben lo mismo, todo indica que se cree que la televisión tiene una gran influencia en ellos… es necesario estudiar seriamente cual es esa influencia de la televisión, lo correcto es integrar la intervención de los medios televisivos en el marco de la escuela, la familia y los otros niños… de esta manera, la televisión puede dejar de ser vista como un enemigo sutil, para transformarla en un gran aliado…”
“Frente a este panorama, solo resta recomendar a los Poderes públicos y a las empresas privadas, con influencia en los medios, que intenten orientar este drástico cambio; recomendar a los profesionales que se comprometan con la libertad que el cambio lleva consigo, y a los padres y educadores advertirles que la “pedagogía de sus decisiones” será la única que permita un acceso libre, responsable y fructífero al medio audiovisual…”
“El consumo indiscriminado de imágenes es lo que modifica la noción de libertad del individuo…”
“La televisión de Servicio Público, llamada comunmente “Cultural” debe abrir su radio de acción, convertirse con programación original y creativa, en participante de mayores audiencias y ser tomada en cuenta por los medios publicitarios como un tipo de televisión a la que hay que considerar como “una misión”, en su campo de actividades…”
“La televisión de Servicio Público, para subsistir y continuar el cultivo de la inteligencia y el espíritu necesita de TODOS, de todos los que utilizamos y disfrutamos el medio…”
“Mantener abierta esta gran ventana es necesario, plausible y favorecedor para el consumo, pero igualmente, porque a través de esa gran ventana, puede llegar a millones de seres humanos el reflejo del hombre que queremos ser”.
Su conocimiento y experiencia en el Teatro, la Música, el Radio y el Entretenimiento dieron sentido a la Televisión, creando géneros y generando contenidos, descubriendo talentos y proyectando Estrellas, formando Técnicos y aplicando técnicas, evolucionando los Esquemas de Programación e innovando en la segmentación de audiencias; guiando a innumerables generaciones de comunicadores; reinventando el día a día de la televisión…
“La telenovela llega directamente de la radionovela y esta de la Novela por entregas. Es un género esencialmente melodramático en donde cabe la aventura, el romance, la intriga. El público de la telenovela suma millones en todo el mundo; el espectador prototípico de la telenovela está conformado lo mismo por hombres y mujeres de edad madura, como por jóvenes y niños. Se trata de un espectáculo para toda la familia”.
“La telenovela mexicana producida por Televisa a lo largo de los últimos 15 años ha logrado colocarse en más de 115 países, un mercado que es necesario alimentar de manera constante; los productores están conscientes que al final de este milenio hay una enorme cantidad de elementos de importancia en tecnología, en narrativa, en efectos especiales, en música que deben ser integrados en las telenovelas, para que el género, al paso del tiempo, crezca en importancia”.
“La calidad no se refleja en las cifras de audiencia que, por lo general, determinan el éxito de una transmisión. Un programa puede gustar más que otro, pero eso no significa que sea de mayor calidad, la calidad no guarda relación con la cantidad de oyentes o de espectadores que ven un programa…
“Calidad es responder al interés del público, cuando selecciona algo que le gusta, producir programas con originalidad… hágase lo que se haga…”
“La competencia es la gran impulsora del ingenio y la calidad... la regla es, a mayor competencia, mayor calidad por el mismo precio y el resultado beneficia a la mayoría”
Los grandes artistas trascienden por sus obras, los grandes pensadores, dejan tras de sí ideas que transforman la mentalidad de millones de personas, los grandes líderes e inventores cambian con sus actos y descubrimientos, el rumbo de la historia.
Es por ello, por toda una labor de vida, y porque a través de sus actos y pensamientos escritos, hoy nos sigue provocando la sensación de que sí es posible ver el futuro a través de un retrovisor, que Don Luis de Llano Palmer, artista, creador, inventor, líder y visionario de la Radio, la Televisión, y el Teatro Musical, se ha ganado a pulso un sitio destacado en la posteridad…
“La cultura siempre se liga a una tecnología: la imprenta y los tipos móviles cambiaron al mundo, democratizaron el conocimiento y son tecnología, como la rueda, la pala, el pincel, el alfabeto y hoy, lo es la computadora…”
“A la tecnología hay que desmitificarla, borrar los miedos y concentrarnos en cómo podemos aprovecharla… Los nuevos lenguajes no excluyen a los otros. Cuando surgió la TV, se dijo que moriría el teatro, con las videocaseteras se dictó el acta de defunción del cine, cuando se inventó la fotografía se pensó que la pintura no tenía futuro y lejos de desaparecer, lejos de ello, vemos cómo los lenguajes se han ido integrando. Con el videotape se rescata el espacio, tiempo y hoy las cosas no desaparecen, simplemente, se transforman y el paradigma de arte y comunicación, se remueve. La noción del autor cambia cuando un artista trabaja en la red y cualquier usuario puede manipularlo desde la pantalla, hasta darle una nueva forma a la imagen. La interacción asume nuevas posibilidades”.
En estos tiempos del internet, la realidad, es virtual, y la palabra “sueño” es una constante... la Alicia de Lewis Carroll diría “Espero que sea mi sueño… no me gustaría pertenecer... al sueño de otro”…
“Es muy difícil para mí sintetizar tantos años de caminar por la comunicación, de la radio, de las Agencias de Publicidad y de la Televisión. Tanto en México como en Estados Unidos. Es muy difícil sintetizar toda mi vida dedicada a eso en tan solo palabras, siento dificultad para hacer eso, porque no se trata de recordar, se trata de ordenar los recuerdos... Pero de cuando en cuando, hace falta recordar, lo que parece que se ha marchado para siempre, y que no se ha ido… que está allí… que es inolvidable...”
La certeza de que hombres como él, suceden cada siglo, nos llena de orgullo… su permanencia en obra, acción y pensamiento, no se puede medir en términos de temporalidad: el hoy, el ayer y el mañana son como las ondas sonoras, o las de la televisión, que viajan, regresan, y llegan a espacios donde otros radioescuchas y televidentes, seguramente las podrán disfrutar, comprender y atesorar…
Es por ello que cada vez que encendamos el televisor, o la radio y en cada risa, en cada historia, en cada imagen y en cada palabra escrita, el legado de Don Luis estará allí, “al aire”, siempre presente, desde un pasado, sin tiempo…
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