La mexicanidad es
una manera de no ser nosotros mismos, una reiterada manera de ser y vivir otra
cosa.
Viejo o
adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me
aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara
la sonrisa.
Nuestro culto a la
muerte es culto a la vida, del mismo modo que el amor que es hambre de vida es
anhelo de muerte.
La resignación es
una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos
conmueve la entereza ante la adversidad
El acto mediante
el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía
La nube preñada de palabras viene dócil y
sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal
herido.
El escritor debe
soportar la soledad, saberse un ser marginal. Que los escritores seamos
marginales es más una condenación que una bendición.
Cada poema es
único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector
busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba
dentro.
Así yo: no tengo
nada que decirle al tiempo. Y él tampoco tiene nada que decirme
Dios existe. Y si
no existe debería existir. Existe en cada uno de nosotros, como aspiración,
como necesidad y, también como último fondo, intocable de nuestro ser.
Perder nuestro nombre es como perder nuestra
sombra; ser sólo nuestro nombre es reducirnos a ser sombra.
La memoria no es lo que recordamos, sino lo que
nos recuerda. La memoria es un presente que nunca acaba de pasar.
El mundo nace
cuando dos se besan
El sexo es la
raíz, el erotismo es el tallo, el amor es la flor. ¿Y el fruto? Los frutos del
amor son intangibles. Éste es uno de sus enigmas.
El temor que nos sobrecoge es un temblor sagrado.
Un hombre ama a una mujer y la besa: de ese beso nace el mundo
El amor nace de un flechazo; la
amistad del intercambio frecuente y prolongado. El amor es instantáneo; la
amistad requiere tiempo.
En
todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la
imaginación.
La manifestación más pura e inmediata del tiempo es el ahora.
El tiempo es lo que está pasando: la actualidad.
La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones
de la vida. Toda esa abigarrada confusión de actos, omisiones, arrepentimientos
y tentativas —obras y sobras— que es cada vida, encuentran en la muerte, ya que
no sentido o explicación, fin
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